Republicanos erigen en un “mártir” a Donald Trump

Washington.- Los principales dirigentes republicanos han cerrado filas en torno al expresidente Donald Trump (2017-2021) tras su imputación por un gran jurado de Nueva York, ya que pese a esta embestida, aguanta como el máximo líder del partido con, de momento, sus aspiraciones de volver a la Presidencia intactas.

La mayoría de figuras del partido se han pronunciado para defender al exmandatario en las últimas horas, e incluso figuras “presidenciables” como el que fuera su vicepresidente, Mike Pence, o el gobernador de Florida, Ron DeSantis, le han mostrado un apoyo sin fisuras y sin un atisbo de crítica acerca de su comportamiento.

Trump se convirtió el jueves en el primer expresidente del país en afrontar cargos penales tras ser imputado por un gran jurado de Nueva York en un caso relacionado con el pago de un soborno a la actriz porno Stormy Daniels, con la que el exmandatario tuvo un “affaire” en 2006.

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Quinnipiac, Scott McLean, dijo a EFE que el exmandatario “debería continuar con su cruzada hacia la nominación presidencial”, porque, según un sondeo de su centro publicado esta semana, la mayor parte de los republicanos encuestados creen que la imputación no lo descalifica para continuar en la carrera hacia las elecciones.

De hecho, “esta imputación y quizás otras más que pueda haber le ayudarán en el proceso para ser nominado”, auguró el experto, quien destacó que la principal razón es que “los votantes están dispuestos a respaldarlo”. Recordó que incluso sus principales oponentes en la nominación republicana lo han defendido, pese a que posiblemente no les sirva de mucho para sus propias aspiraciones a la presidencia.

Reacciones

Uno de esos “presidenciables” es el que fuera vicepresidente de Trump, Mike Pence, quien en una intervención este viernes ante el centro de pensamiento conservador National Review Institute dijo que la imputación es un “ultraje” y una “persecución política” por parte del fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien pertenece al Partido Demócrata.

Asimismo, Pence hizo un llamamiento a sus colegas republicanos para que no se “preocupen” por investigaciones judiciales.

El exvicepresidente aprovechó también para hacer campaña y se presentó como un “líder del sentido común” de cara a las elecciones de 2024 frente a Trump, pese a que todavía no ha dado un paso adelante ni se ha postulado oficialmente a la nominación para esos comicios, a diferencia del expresidente que lo hizo en noviembre.

Otro “presidenciable” republicano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien todavía tampoco ha hecho oficiales sus intenciones, ya avisó el jueves de que no atenderá una solicitud de extradición de Trump, quien tiene su residencia en Mar-a-Lago, en ese estado, y arremetió contra el fiscal.

“Florida no ayudará en una solicitud de extradición dadas las circunstancias cuestionables con este fiscal de Manhattan respaldado por Soros y su agenda política”, anticipó DeSantis en un mensaje en Twitter.

Y es que con esta imputación Trump todavía puede presentarse a las elecciones, como explicó McLean, quien recordó que incluso si una persona está en prisión puede concurrir a unos comicios.

“Legalmente no hay ninguna razón para que Donald Trump no pueda continuar con su campaña para la presidencia”, aclaró el profesor.

De hecho, como han apuntado medios estadounidenses, no sería la primera campaña electoral con el aspirante entre rejas.

En 1920 el candidato a la Casa Blanca, el socialista Eugene Debs, se presentó a los comicios y obtuvo casi un millón de votos mientras estaba en una cárcel en Atlanta (Georgia, EE.UU.) tras haber sido condenado por sedición en 1918 por protestar por la implicación de EE.UU. en la I Guerra Mundial.

Del mismo modo, en el caso de Trump, “si finalmente es condenado por esos cargos o por otros en otros procesos (judiciales), podría presentarse a las elecciones”, indicó McLean. “No hay nada en la Constitución que diga que no puede”.

El exmandatario podría incluso volver a la Casa Blanca, si ganara las elecciones y aun cuando recibiera una sentencia en su contra con una pena de cárcel.

Así lo señaló a EFE el profesor de Política y Derecho Constitucional de la Universidad de Cedarville, Mark C. Smith, quien subrayó que eso sería posible.

“Ha habido miembros del Congreso de EE.UU. que han servido partes de su mandato tras ser condenados por un delito federal, y al menos hubo uno que se presentó al cargo estando encarcelado”, detalló Smith, quien agregó que ese legislador fue James Traficant (1985-2002), de Ohio, quien fue enjuiciado por usar los fondos de campaña para uso personal.

“Después de ser condenado, pero antes de la sentencia, siguió sirviendo (en el puesto) -destacó Smith-. Después de la sentencia fue expulsado. Más tarde se presentó por un escaño a la Cámara Baja de EE.UU. estando en prisión. Recibió el 15 % del voto”.

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